Los más tontos morirán, la élite y sus secuaces necesarios están amparados por el conocimiento acumulado familiar y saben lo que no tienen que hacer, o por las leyes de su religión que les evita ciertos venenos para mantener su sangre y estirpe limpia, sin embargo, la masa ignorante se dejará embaucar hacia las trampas mortales o mermadoras que los mercenarios y verdugos del sistema se encargan preparar.
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